3ª Conferencia “Juventud y organizaciones sociales”. Nuevos desafíos par la Comunidad Organizada

Dictada por el Dr. Enrique Del Percio el 5 de Octubre de 2009El año 1973 y sus alrededores marca un punto de inflexión en la historia: el nuevo capítulo de la guerra árabe-israelí que motivó la crisis del petróleo; la “Revolución de los Claveles” en Portugal y la pérdida por parte de Europa de sus últimas colonias extracontinentales de envergadura: Angola y Mozambique; la aceptación por parte de los Estados Unidos de su derrota en Vietnam; la libre flotación de las monedas como consecuencia de la desvinculación del dólar respecto del patrón oro en 1971; el nacimiento de la Trilateral Comission; en nuestra región el triunfo del peronismo y el golpe de Pinochet, son algunos de los acontecimientos que fueron desencadenando una serie de consecuencias que cambiarían definitivamente a las sociedades y sus instituciones en todo el mundo”. “La ruptura de las redes de contención y de las relaciones sociales duraderas no son un fenómeno exclusivo que deba atribuírsele a la Argentina, sino que, es propio del cambio de paradigma a nivel internacional que tiene su origen con la revolución científico técnica en la década de los 70 en el marco de la profundización de la guerra fría y se consolida tras el denominado consenso de Washington y el advenimiento del neoliberalismo como cultura dominante. Desde ese entonces existe una constante evolución en las relaciones sociales que establecemos cada vez más caracterizadas por la fragilidad, la fragmentación, el individualismo y el egoísmo”.
“Hasta una generación atrás una persona entraba a trabajar en una fábrica o en una oficina y terminaba su carrera laboral en el mismo ámbito generándose una relación duradera con sus compañeros de trabajo. Esa persona vivía toda su vida en el mismo barrio, conversando siempre con los mismos vecinos en el café o mateando en la vereda. Entonces el individuo iba dando progresiva coherencia a sus ideas, a la vez que contribuía a conformar una agenda de preocupaciones común a todos. Por ejemplo, si un peronista y un comunista, compañeros de taller, discutían, cada uno de ellos iba luego a la Unidad Básica o al Comité partidario para tener más y mejores argumentos para rebatir al otro, con quién seguramente seguiría discutiendo día tras día y semana tras semana. Entonces las ideas, particularmente las ideas políticas, no eran algo opaco y ajeno sino que formaban parte de la vida de todos los días. En cambio en la actualidad uno cambia de trabajo y de domicilio varias veces a lo largo de su vida. Y aún si uno no cambia, sí cambian nuestros vecinos y compañeros de trabajo. No olvidemos que el ser humano se constituye en gran medida en función de la interacción con los demás. Por tanto, cuando esa interacción es discontinua y fragmentaria, también la subjetividad tenderá a conformarse de modo discontinuo y fragmentario. Por tanto, no se llega a estructurar un pensamiento coherente. Nos vamos tornando tan superficiales como lo son las relaciones que mantenemos con los demás”.
““Fragmentación social, desvalorización del deseo, búsqueda de goce inmediato, la nueva forma de capitalismo dieron por tierra con los vínculos interpersonales y los lazos de sociabilidad. La política, como articuladora de las demandas colectivas y comunes, entra en descrédito y con ella los partidos políticos. Las nuevas tecnologías plantean una relación de inmediatez con las cosas.Este nuevo contexto genera dos polos opuestos evidentes: por un lado desencanto y falta de horizontes para encontrar una salida; por otro pragmatismo para amoldarse al individualismo reinante, el sálvese quien pueda (los ´90 en la Argentina). En una posición superadora aparece el camino de “juntos construir y organizar una comunidad”. El desafío, por tanto, consiste en reinventar al partido político como articulador de la voluntad de participación en orden a la consecución del bien común. En ese marco, las OS no solamente no se debilitarán, sino que, por el contrario, podrán actuar mucho más eficazmente”.
“Los ideales que activaban a, los jóvenes, décadas atrás estaban representados por el deseo de realizar el sueño de un futuro mejor”. En este sentido aclaró que “la ausencia de participación política de los jóvenes en la actualidad se encuentra determinada por la imposibilidad de proyectar una visión de futuro en un contexto dominado por la inmediatez, la fragilidad e incertidumbre. En la sociedad global el deseo en todas sus expresiones es reemplazado por la capacidad de resolución inmediata que genera el goce. Es decir en la realidad virtual todos podemos conectarnos y desconectarnos con los otros de acuerdo a intereses estrictamente individuales de ahí la fragilidad de este tipo de relaciones. La idea de proyecto, cuando hablamos de política, no es algo que desde el presente enfocamos hacia adelante, sino por el contrario, es el futuro el que convoca y nos lleva, pero para que haya futuro tenemos que volver a ser capaces de desear colectivamente”. El desafío para los jóvenes es mutar la compulsión al goce inmediato hacía la revaloración del Deseo”.
“Por eso, atendiendo a la profundidad de las causas del desinterés de los jóvenes en la política y más específicamente en la política partidaria- creo que la única solución de fondo consiste en devolver a cada argentino la esperanza en un futuro mejor, construyendo entre todas las generaciones un país en el que cada uno pueda estar seguro de que es el artífice de su propio destino y no instrumento de la ambición de nadie. Para terminar, creo que la lucha por reinstitucionalizar al PJ es fundamental en este sentido. Los movimientos sociales y todo eso está muy bien, hay muchos chicos que se enganchan, pero siguen siendo los partidos, y en especial el peronismo, el vehículo más idóneo para construir esa esperanza”.

* Dr. Enrique Del Percio especialista en sociología de las instituciones y abogado. Es profesor de Sociología en la Universidad de Buenos Aires, de Filosofía Social y Política en la Universidad del Salvador. Es miembro del Consejo Académico del IAEJP.